martes, 14 de enero de 2014

CATALINA DE GÜINES Y FIDEL.



Por: Lic. Abilio González González. (Investigador)

La única vía de comunicación que le servía de enlace a toda la Isla era la Carretera Central, de manera tal que para ir de una región extrema a otra, es decir, de este a oeste o viceversa, ella era la única alternativa.
En su ir y venir desde la provincia de Oriente hacia la ciudad capitalina de La Habana como estudiante universitario, y en sus trajines políticos y organizativos revolucionarios, Fidel transitaba a menudo por la mencionada carretera, en la cual aparece el apacible poblado de Catalina de Güines, (hoy centro de uno de los siete Consejos Populares que posee el municipio de Güines en la provincia Mayabeque.
Fidel, joven, intranquilo y enérgico, fraterno, solidario y amistoso, lleno de sueños y sentimientos, organizador inconforme con la realidad nacional, decidido, encuentra en la población motivos para asistir con regularidad y encontrar la comprensión de compañeros y amistades del vecindario.
En Catalina residía su amigo Pepe Sánchez, secretario de Eduardo R. Chibás, líder del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo); en dicha organización militaba Fidel.
Así mismo, compartía su amistad con el también joven abogado Rubén Armenteros, quien había sido compañero de estudios en la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana; Rubén era hijo del fundador del famoso restaurante “El Congo”, donde se producía y expendía las ya conocidas “butifarras del Congo”, que fueran divulgadas y dadas a conocer por Ignacio Piñeiro y su septeto mediante su canción “Échale salsita”.
En el vecindario Fidel compartía sus relaciones de amistad con múltiples personas de la barriada, repartiendo su afecto, cariño y simpatía, y visitaba algunos hogares como el de Estelita la hija de Florito el Carnicero, y otros.
En sus ratos de ocio y entretenimiento además de las visitas a amistades y conocidos, jugaba billar.
Tras el golpe de estado propinado por Batista el 10 de marzo de 1952, Fidel entra en abierta oposición y comienza a crear el “Movimiento” que iniciaría la lucha armada en el país, para lo cual comienza a captar hombres revolucionarios y confiables que formaron parte de la llamada  “Generación del Centenario del Natalicio del Apóstol José Martí”, comenzando así la nueva estrategia revolucionaria: la captación los hombres dignos, cívicos y sanos, no comprometidos con partidos políticos, ni politiqueros corruptos; inició la realización de las prácticas de tiro en diversos lugares de la provincia de La Habana.
Hasta ahora no se había divulgado acerca de un sitio en que los jóvenes bisoños también practicaron en Catalina: en un lugar ubicado en los primeros tramos de la carretera que une a dicha población con Aguirre, en la finca de una familia apellidada y conocida como la de “los Cardo”; tras previa coordinación, en octubre de 1952, llegaban aproximadamente 15 autos con unos 40 hombres; allí se realizaron las prácticas en una sola ocasión, en la cual prepararon dianas en árboles para coger puntería hechas con creyones de labios; y con sólo una escopeta calibre 22.
Entre los presentes estaban Fidel Castro Ruz, Abel Santamaría Cuadrado, Juan Almeida Bosque, Antonio “Ñico” López Fernández, Ernesto Tizol, Ernesto González, y otros… 
Así, con discreción y compartimentación se preparó con seriedad los ataques a los cuarteles “Moncada” y “Carlos Manuel de Céspedes”, en Santiago de Cuba y Bayamo respectivamente, que se efectuaron el 26 de julio de 1953.
Después, la Prisión Fecunda, La historia me absolverá, la preparación y desembarco de la expedición del yate Granma, el crecimiento del Ejército Rebelde, el incremento de la lucha armada clandestina y guerrillera… y el Triunfo.
Tras la huida del dictador Fulgencio Batista y su cohorte de asesinos y  malversadores, en la madrugada del 31 de diciembre de 1958 y el primero de enero de 1959, se inició el avance del Ejército Rebelde desde Santiago de Cuba en la provincia oriental, hacia el occidente del país; toda la nación esperaba ansiosa por la llegada de Fidel hacia su paso hacia la capital del país, y por supuesto, la población catalinera también aguardaba; en horas de la mañana del 8 de enero pasaría el Comandante en Jefe al frente de la caravana compuesta por múltiples vehículos que transportaban gran parte de las tropas barbudas del victorioso Ejército Rebelde que combatía y crecía desde el 2 de diciembre de 1956.
Una joven de aquel poblado, nombrada Marilú Rego Hernández, de 18 años de edad, junto a familiares y amistades del barrio, había realizado una colecta de dinero con el objetivo de comprar una cadena de oro con una medalla de ese mismo material con la efigie de Santa Catalina, -patrona de aquel poblado-, así como unos yugos con las letras FC, (iniciales del nombre y primer apellido del triunfante comandante), para obsequiárselos.
Ella había acudido a un joyero que radicaba en La Casa Mora, ubicada en la calle Obispo, en La Habana Vieja, en la capital; terminado el trabajo envolvió los obsequios en una pequeña cajita envuelta en papel de regalo con los colores rojo y negro, parecido al emblema del Movimiento Revolucionario “26 de Julio” que organizó y dirigió el mismo Fidel.
El primer auto de la caravana venía despacio, y en su asiento delantero derecho  venía el líder de la Revolución; el auto frenó al ponerse Marilú frente al mismo; Fidel bajó y sostuvieron un pequeño diálogo; no hablaron acerca del regalo, y Fidel le firmó un pase a nombre de ella para que pasara a verlo en el sitio donde se alojaría: en el Hotel Habana Libre, ubicado en El Vedado, en la capital; la caravana prosiguió en su marcha triunfal.
El 15 de enero, -es decir, a la semana siguiente-, Marilú se dirigió al lugar mencionado, y tras mostrar su pase fue conducida hacia el piso 25; al llegar tuvo la oportunidad de ser atendida por Fidel, entregarle el obsequio, y de paso saludar a los comandantes Camilo Cienfuegos  y Ernesto  “Che” Guevara, los cuales estaban reunidos con él.
Fuentes:
Hernández Serrano, Luis.- “Un regalo para Fidel”; periódico “Juventud Rebelde”; miércoles 8 de enero de 2014; p. 4)
Entrevistas a:
Ernesto González: asaltante del Cuartel Moncada.
Ramón Fernández Soler: miembro de la ACRC de Catalina de Güines.

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