Ramón Sosa Pérez
La vida de Vicente de Campo-Elías estuvo cargada de notas contrapuestas
que igual afirmaban fechas, lugares de nacimiento o arribo a América con tal discordancia
que a los historiadores ha costado toparse con la verdad. Las diligencias de
Tulio Febres Cordero, sustentadas en la fuerza de la tradición familiar, abrieron
espacio al barullo de tantos apuntes biográficos durante buen tiempo. Respetables
archiveros refieren que vino niño a Venezuela, en tanto que los genealogistas, con
documentos en mano, dicen que dejó la península con 19 años de edad.
Lo que nadie pondrá en duda es su bizarría en el campo de batalla y su
amor a la causa republicana. Vicente Campo Elías es capital merideño que
inscribe su nombre en lo alto de las enhiestas montañas andinas para legar
libertad. El historiador merideño Carlos Chalbaud Zerpa abrevió la semblanza
del héroe: “ya mozo se radicó en Mérida, donde se casó con una criolla. Derrotó
a Boves en Mosquiteros y estuvo al lado de Bolívar en el triunfo de Araure.
Falleció en un hospital de sangre a consecuencia de las heridas recibidas en el
sitio de San Mateo”.
LINAJE PENINSULAR
La mera curiosidad de seguir fieles a los frecuentes lances de imprecisión
de fechas y lugares que rodearon la vida de Campo Elías, da justo crédito a la
valorada opinión del Dr. Roberto Picón Parra, historiador y genealogista: “hubo
en Mérida varias familias de este apellido y, la más antigua, aunque efímera,
fue fundada a fines del siglo XVII por Don Juan del Campo, natural de la Villa
de Luanco en Asturias (..) otra familia de este apellido y de la misma época
fue la fundada por Don Juan Inocencio del Campo (..) vecinos de San Juan de
Girón en el Nuevo Reino de Granada y quien casó en Mérida con Luisa Rita de
Tapia”.
El infortunado aquelarre se deriva de la manera con que se registra el
nombre del futuro prócer. Picón Parra dirá más tarde que “en documentos de la
época Don Vicente aparece una veces con el apellido “Campos Elías”, otras lo
llaman “Don Vicente de Campos” y otras “Vicente Campo Elías” pero nunca
antepone a su apellido la preposición “Del Campo Elías” que le atribuyen a su
padre”. Quizá los Escribanos o quienes hacían sus veces, no se paraban en mientes
a la hora de registrar los nombres. Según propia confesión, en abril de 1808, Vicente
Campo Elías dijo tener 35 años de edad, de donde se deduce que nació en 1772.
DE VILLA DE SOTO A TRUJILLO
En la casa castellana de José del Campo Elías y María Elías González,
en Villa de Soto, nació Vicente Campo Elías y muy joven se hizo a la mar, rumbo
a América. Para 1791, con 19 años de edad, está en Trujillo empleado de su tío
materno Joseph de Elías González, quien se había radicado entre La Guaira y
Caracas para atender sus negocios de mercaderías que trajo de España. En el
viaje de Castilla La Vieja a Venezuela vino acompañado también de su otro tío,
el presbítero Hipólito Elías González, quien venía nombrado Canónigo Doctoral
de la Catedral de Mérida con Despacho Real del 24 de febrero de 1791.
La suerte de Vicente Campo Elías estará muy ligada al clerical oficio del
tío, en tanto que cumplido el encargo comercial de don Joseph “abasteciendo de
géneros a Trujillo y otros pueblos”, entró a formar parte del gobierno civil
trujillano, quizá por ascendente comercial o influjo del Canónigo que ejerció
el Gobierno de la Diócesis, en 1799, a delegación del tercer Obispo de Mérida,
Fray Antonio de Espinosa. De entre sus biógrafos, apenas Picón Parra indica que
fue nombrado “en una o dos ocasiones” Síndico Procurador Personero de Trujillo.
DESTINO HISTÓRICO
De Castilla La Vieja habían venido 3 miembros del tronco Campo Elías
González, a saber Don Joseph, Hipólito y su sobrino Vicente. Echó raíces el
primero en Caracas al contraer nupcias con una española radicada en el valle, en
tanto que el Canónigo falleció en Mérida el 22 de noviembre de 1805 y Vicente
formó cristiano hogar al enlazarse en matrimonio con la hija del Rey Chiquito,
Don Antonio Ignacio Rodríguez Picón. Ni sus padres, María Elías y Don José, ni
su otro tío Francisco De Elías González, Escribano y Notario de Indias,
pisarían tierra americana.
El 5 de julio del año 1800 y a consecuencia de la frágil salud que le
minaba en su ejercicio pastoral y docente, el padre Hipólito Elías González
abrió legado testamentario a favor de su sobrino Vicente Campo Elías y de su
hermano Joseph. El clérigo tuvo gran compromiso con el Colegio Seminario al
instalar las Cátedras de Prima y Vísperas y luego las de Derecho Canónico y
Civil, como apunta Picón Parra. Urgido por su condición de Albacea y Custodio llegó
a Mérida para conocer la manda testamentaria.
COMPROMISO CON DIOS Y CON LA
PATRIA
Han pasado 2 meses en la recatada villa y ya ha fijado casorio con la
doncella María Martina Picón González, hija de Antonio Ignacio Rodríguez Picón,
un pudiente merideño que ha logrado, a pulso y tesón, acaudalar una holgada
posición con prestancia en la nomenclatura de la ciudad y a la fecha ejercía de
Teniente Justicia Mayor. Al poco tiempo, Vicente Campo Elías ingresó a la lista
de legatarios del poder local y así lo encontramos en comprometidos desempeños
ciudadanos como Alcalde Ordinario en 1801, 1805, 1806 y 1808, además de
Diputado de la Junta de Consolidación para el remate de los fondos de
Capellanía.
Cristiano de viejo linaje, Vicente Campo Elías escuchó en 1808 el
memorial del tío Canónigo, ante el Escribano pidiéndole “que con arreglo a los
apuntes que dejo en mi papelera, recoja mis bienes, administre y venda en
almoneda o fuera de ella, y haga lo demás que en otros apuntes prevengo, sin
que sobre ello pueda ser reconvenido por alguna de las Justicias”. La búsqueda
de don Tulio Febres Cordero, avaladas por las notas tomadas a parientes de
Campo Elías, aprueba que entre los bienes está la casa de la esquina sur de la
Plaza Mayor, lindante con la morada paterna de María Martina Picón González.
POR LA INDEPENDENCIA Y LA LIBERTAD!!
El emisario Luis María Rivas Dávila, trajo de Caracas el informe que en
Mérida encendió el pebetero de la libertad. El 19 de abril de 1810 los
caraqueños dan el primer paso hacia la rebelión y los cimientos de la monarquía
comienzan a disiparse. El 16 de septiembre los merideños se organizan en la Junta
Superior Gubernativa y Vicente Campo Elías está entre los primeros, con nombramiento
en la Comisión de Rentas Reales. La febril actividad lo mantiene en la
vanguardia y no rehúye las tareas para demostrar su apego al sentimiento
patrio.
Se perdió la Primera República en 1812 y los realistas recobraron territorios
perdidos mientras los republicanos se disgregaron ante la escalada. Campo Elías
se encubrió en la montaña para surgir en la aurora victoriosa del año 13 cuando
las noticias llegan al retiro de La Encantada, dando cuenta que un ejército invicto
marcha desde San Antonio redimiendo pueblos, con Bolívar a la cabeza de una escuadra
de milicianos. En sus meses de clandestino paso, cavilaría mucho pues en el año
10, y con anuencia del Gobernador de la Provincia, viajó a Caracas para
atestiguar la derivación de los sucesos de Bayona que concluyeron con el grito
del 19 de abril.
UNA DOTE MUY CURIOSA
Un documento fechado en Mérida el 2 de diciembre de 1800 ante el
Escribano Narciso Pirela da cuenta del inventario que don Antonio Ignacio
Rodríguez Picón entrega a Vicente Campo Elías, su yerno, en ocasión de la boda
con María Martina Picón González, el 16 de agosto de 1800: “un Torcido de
perlas con 12 kg en 12 pesos, 1 Rosario con filigrana y cruz de oro en 36 pesos
(..) 6 sortijas de oro y piedras preciosas en 46 pesos, 2 carabinas de oro en
22 pesos..”.
Del curioso caudal que hereda Vicente Campo Elías, se destaca “.. 9 sillas
doradas en 36 pesos, un catre con sus columnas, cabreras y cielo dorado en 24
pesos (..) 1 esclava nombrada Liberata de 37 años de edad en 250 pesos, otra
nombrada Calixta de 8 años de edad, en 100 pesos, un esclavo nombrado Alberto,
de edad de 24 años, en 250 pesos y otro, Juan Evangelista de 8 años en 100
pesos (..) una mula de silla en 30 pesos, 10 vacas paridas a 10 pesos, 10 yeguas
a 5 pesos y (..) 1 casa contigua a la de mi habitación con 50 varas de fondo y
10 de frente en 100 pesos..”.
Curiosamente esta herencia, valorada como cuantiosa entonces, se esfumó
con rapidez pasmosa, como cita Don Tulio: “se vino a menos a causa de las
vicisitudes de la Guerra Magna, al grado de que para 1823 la desventurada viuda
(..) tuvo que ceder al Seminario la
hacienda denominada Rondón, situada en Ejido que perteneció a Campo Elías, más 2
esclavas de su propiedad para pagar los réditos caídos desde 1811 y montantes
en 3 mil pesos”.
SOLDADO DE LA LIBERTAD
A tanto llegó la bizarría de Campo-Elías que se ganó discrepantes motes
como lo asienta Lucas Guillermo Castillo Lara, al reconocerle “una ancha fe
republicana, antagónica y mordiente”. En abril del año 13 abandonó su resguardo
en el páramo de Mucuchíes que fue amparo en los días aciagos del acecho
realista, regresa a la ciudad, desmantelada por los españoles que la habían
desocupado ante el avance de Bolívar. Reclutó montañeses y se puso al mando de
un arrojado piquete que ofreció a las tropas libertadoras. El 23 de mayo de
1813 “en una luminosa mañana de mayo” entra el Brigadier de la Unión a la
ciudad y Campo Elías, con un contingente de 500 merideños, será de los primeros
en el frente de batalla.
PAGINAS DE HISTORIA
Bolívar
había partido de Mérida, el 10 de junio de 1813 y cruzaba los ventisqueros del
páramo, rumbo a Trujillo, en el avance de la Campaña Admirable. De su paso por Mucuchíes quedaron invalorables recuerdos. La
noche del 1 de julio de 1813 los patriotas mandados por José Félix Ribas,
entraron a Niquitao. Era un puñado de 350 valientes enfrentados al colosal
ejército de mil hombres del bando realista. En el desigual combate, librado el
2 de julio de 1813, destacó el arrojo de los 70 mucuchiceros, “quienes con los
cuchillos en la boca subían por peñascos inaccesibles, para sorpresa del enemigos”
cita el cronista Pujol Botone.
La
victoria será republicana, luego de 8 horas de combate y la bizarría de Urdaneta,
Ribas y Campo Elías, como mentores del triunfo. Luego estuvo en Los Horcones y derrotó
a las tropas realistas. Más tarde acompañó a Girardot en el asalto de la
fortaleza en Puerto Cabello, combatió ferozmente en la Batalla de Bárbula
y en Las Trincheras. Estos triunfos le hicieron acreedor del grado de Teniente Coronel,
otorgado por Bolívar.
LEGADO DE LIBERTAD
Cuando el asturiano Boves aparece en el escenario de la guerra, Bolívar
manda a Campo Elías a enfrentarlo. El 14 de octubre de 1813 lo encuentra en
Sabana de Mosquitero y lo obliga a humillante retirada. El 5 de diciembre peleó
junto al Libertador y Ribas Dávila en la Batalla de Araure, derrotando al
realista Ceballos. Nunca se había visto a alguien pelear con tanta saña contra
uno de los suyos como Campo Elías frente a sus paisanos. A principios del año 14
reaparece Boves con su Legión Infernal que inflige a Campo Elías la derrota en
La Puerta.
Se radicó primero en Trujillo para ejercer la mercadería de géneros en el negocio de su tío Joseph Elías González y luego en 1800 pasó definitivamente a Mérida. |
El 12 de febrero de 1814 Ribas decide el triunfo de La Victoria, auxiliado
por los 220 combatientes del valeroso Campo Elías para decretar la huida de
Boves. Bolívar avanza para hacerle frente al asturiano y en San Mateo se
entabla la resistencia el 27 de febrero. Los combates se prolongaron por días y
Campo Elías peleaba con valentía para decidir el triunfo republicano. Sin
embargo, el día 17 de marzo, las mortales heridas lo condujeron al hospital de
campaña, donde rendiría su vida en ofrenda a la libertad americana.
Nacido en Villa de Soto, Castilla La Vieja, Vicente Campo Elías vino muy joven a América, |
Coronel Vicente Campo Elías, en busto del artista granadino Don Marcos León Mariño, recibe honra patria en la plaza Montalbán, Ejido |
En el camposanto El Espejo permanece, en la anonimia de los merideños, la lápida de la última descendiente directa del |
Hoy día, Ejido es una metrópoli que lleva en alto el epónimo del valiente soldado de la Campaña Admirable Don Vicente Campo Elías. |
Aún en la medianía del pasado siglo, había en Ejido vestigios en los altillos de sus casas de ese viejo aspecto que la distinguió como villa en 1813. |
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