Por:
Lic. Abilio González González. (Investigador).
Las
leyes variadas e inmutables de la dinámica de la naturaleza son en
tiempo-espacio, -como categorías filosóficas-, insustituibles y no pueden ser
prorrogadas y por ende causadas por la
desfavorable quietud del conformismo rutinario producido por el aparente
inmovilismo, -acumulador de cualidades provechosas o perniciosas-, ya que al
establecerse un caprichoso y aberrante dique totalitario, se comete y crea la
exacerbación de vendavales tumultuosos que provocan las tempestades que en
primera y última instancia, ocasionan cambios sustanciales
objetivos-subjetivos, peligrosamente radicales y de extremos, demostrados
científicamente no solo en la materia y la naturaleza, sino en la sociedad y el
pensamiento. Se acumulan y aceleran los cambios: de los cuantitativos a los
cualitativos, y a viceversa.
El
modelo globalizador neoliberal con su injusto desbalance de oferta-demanda en
los mercados estatales y públicos, los atentados y violaciones a los derechos
humanos de la diversa sociedad civil, los asesinatos y crímenes extrajudiciales
y órdenes y determinaciones inconstitucionales, la imposición de desbalance
desigual entre el trabajo y el capital y entre los intereses estatales y los
privados y en la desproporción precio-salario, y el modelo del totalitarismo y
los intereses financieros en pro de sacar lascas por la máxima eficiencia y
rentabilidad en los negocios con sus trabas e imposiciones con sus globos
económicos de diversos tipos, con principios a los que se les anexan o aúnan
artículos y leyes represivas con consignas sin valor saturadas de reiteración
patriotera y chovinista, crean cada día y forjan un real y latente ejército de
indignados a escala global, y se dinamiza el descontrol y el descontento; los
poderosos construyen una seudo democracia tiránica y despótica sedienta de fama
y de poder, considerándose el ombligo del orbe.
Así
anda el mundo; nuestra casa común, -la de todos-, en que los intereses siembran
vientos sin entender que recogerán huracanes violentos de las amplias masas
silenciosas pero sabiéndose esquilmadas.
Así
se anda en el mundo, y desandan quienes pretenden controlar con sus desmedidos
intereses, provocando represión, malos tratos, torturas físicas y o psíquicas,
discriminación por orígenes étnicos, clasistas, o políticos o religiosos,
guerras locales con técnicas novedosas y sofisticadas; es la guerra de la
geopolítica y de tendencias, de caprichos y prejuiciadas conveniencias, la de
los complejos militares industriales, las transnacionales y mercenarios en las
fuerzas armadas, la de la desigualdad con desgobernantes civiles-miliares, la
de drones y “narizones”, de Obama, la
OTAN…
Los
hacedores de contradictorias chapucerías marchan contra la razón y la lógica de
la madre dialéctica; y como dijo Marx cavan los huecos de sus propias tumbas y
provocan y crean a sus indignados sepultureros.
Están
vivas las masas de marginados y excluidos, hartos de tanta hambre e iniquidad,
de escaseces y privaciones, que necesitan satisfacer sus necesidades materiales
y espirituales siempre crecientes.
Marx
vive!
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